La mayoría de las personas juegan un deporte por el placer de divertirse con otras personas que comparten el mismo interés. Pero no siempre es diversión y juegos. Puede haber muchísima presión en los deportes. Una gran parte del tiempo se trata de la sensación de que un padre o un entrenador espera que se gane siempre.
Pero a veces esto también viene de adentro: algunos jugadores son muy duros consigo mismos. Y las situaciones individuales pueden sumarse al estrés: tal vez haya un reclutador del equipo nº 1 explorando a los jugadores desde los márgenes. Cualquiera sea la causa, la presión de ganar a veces puede estresarnos hasta el punto en que simplemente ya no sabemos cómo divertirnos
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